Los Cigarrillos Electrónicos Se Clasifican Como Productos Para Fuma: Francia Inaugura La Era De Las Regulaciones Más Estrictas De Europa

Nov 01, 2025

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En otoño de 2025, el proyecto de ley fiscal francés se convirtió en el centro de atención de la industria mundial del cigarrillo electrónico.

En el proyecto de ley fiscal de 2026, el gobierno francés propuso formalmente: gravar con un impuesto al volumen las ventas de cigarrillos electrónicos, prohibir completamente la venta en línea y redefinir los cigarrillos electrónicos como «productos para fumar».

 

Esto significa que los cigarrillos electrónicos ya no se consideran ayudas para dejar de fumar ni alternativas innovadoras, sino que quedan explícitamente categorizados por ley e incluidos en un sistema regulatorio equiparable al de los cigarrillos convencionales.

En Europa se está produciendo discretamente un cambio regulatorio, aparentemente basado en medidas fiscales, pero en realidad orientado al control.

 

1.Desde herramientas de salud hasta productos financieros

 

En documentos oficiales franceses, el Ministerio de Finanzas mencionó por primera vez los cigarrillos electrónicos bajo el término «productos del tabaco».

Este cambio en la terminología basta para transformar el futuro de toda la industria.

 

Durante la última década, la lógica detrás de los cigarrillos electrónicos en Europa ha sido la de la «reducción de daños»: permitir a los fumadores sustituir el tabaco tradicional por una alternativa de menor riesgo.

Sin embargo, el Ministerio de Hacienda francés ya no comparte esta lógica de «sustitución».

En su opinión, los cigarrillos electrónicos no son un instrumento de salud, sino un producto de consumo que debe tributar.

 

En consecuencia, el Ministerio de Finanzas asumió el control del debate: los cigarrillos electrónicos pasaron del Ministerio de Salud al departamento de gestión financiera, transformándose de un "problema de gestión sanitaria" en un "problema financiero y de orden".

 

2.Impuestos, prohibiciones y redefinición: un triple golpe

 

La Ley de Finanzas francesa de 2026 estipula específicamente:

  • concentración de nicotina ≤15 mg/ml, gravada con 0,03 €/ml;
  • concentración de nicotina >15 mg/ml, gravada con 0,05 €/ml.

En consecuencia, el precio de un frasco de 10 ml de líquido para cigarrillo electrónico aumentará aproximadamente 0,50 € (unos 4 RMB).

Pero la tributación es solo el primer obstáculo.

Aún más perjudicial es la prohibición total de las ventas en línea.

 

Esta normativa destruyó casi de la noche a la mañana un tercio de los canales de venta minorista de cigarrillos electrónicos en Francia.

Las pequeñas marcas y los dueños de tiendas que antes dependían del comercio electrónico, las redes sociales y los sistemas de entrega para sobrevivir perderán su acceso al mercado una vez que la política entre en vigor.

Las tiendas físicas también están incluidas en el mismo sistema de licencias que las tiendas monopolísticas del tabaco; solo las tiendas físicas autorizadas por el gobierno pueden vender legalmente productos de tabaco.

 

Esto significa que Francia pasará de ser un mercado abierto de vapeo a un "monopolio de la nicotina" controlado por el gobierno.

 

3.La lógica política detrás de las actualizaciones regulatorias

 

Este cambio de política no se limita solo a la reforma fiscal.

En realidad, se trata de una parte importante del Plan Nacional de Control del Tabaco (PNLT) del gobierno francés para el período 2023-2027.

En los documentos oficiales, el plan se llama "Política de Equilibrio Saludable" (Équilibre de santé), pero en términos de su implementación, es más bien un "bloqueo total" de los productos de nicotina.

 

Al repasar la cronología, se revela la trayectoria de este endurecimiento regulatorio:

  • 2025: El Parlamento francés aprobó la prohibición de los cigarrillos electrónicos desechables;
  • Abril de 2026: Se prohíbe la venta de todos los productos de nicotina oral no farmacéuticos (incluidos los cigarrillos electrónicos de bolsillo, las pastillas y los chicles de nicotina);
  • 2026: Los cigarrillos electrónicos se incluyen en la definición de productos de tabaco, sujetos a una fiscalidad y restricciones de venta exhaustivas.

En otras palabras, Francia se ha convertido en el primer país europeo en restringir simultáneamente las tres formas de consumo de nicotina: inhalación, esnifado y masticación.

Esto no es casual, sino una decisión política: el gobierno espera recuperar el control sobre el «orden legítimo del consumidor» mediante la redefinición de los productos.

 

4.La esencia de la guerra fiscal: redefinir los límites del "consumo legítimo"

 

Detrás de este proyecto de ley fiscal subyace una lógica más profunda:

 

"El consumo legítimo debe ser gravable, rastreable y controlable."

 

En sus inicios, los cigarrillos electrónicos gozaron de un periodo de exención fiscal por innovación: precios bajos, regulación laxa y rápida distribución.

En su momento, se les consideró una esperanza para la salud pública.

Sin embargo, a medida que aumentaba el número de usuarios, las autoridades fiscales descubrieron que los cigarrillos electrónicos estaban reduciendo gradualmente los ingresos fiscales procedentes del tabaco tradicional.

 

Así, el enfoque político pasó de «ayudar a los fumadores a dejar el tabaco» a «prevenir la pérdida de ingresos fiscales».

El discurso sobre la salud persiste, pero se ha convertido en una fachada para la política fiscal.

La lógica fiscal ha sustituido a la lógica sanitaria.

 

El objetivo del Ministerio de Finanzas francés es muy claro:

  • Incorporar los cigarrillos electrónicos al sistema tributario del tabaco vigente;
  • devolver los derechos de venta a los minoristas autorizados;
  • y modificar las normas definiéndolas para restablecer un "orden controlable".

5.El efecto dominó en Europa

 

Las acciones de Francia no son aisladas.

En el ámbito de la UE, 15 Estados miembros ya han impulsado revisiones de la Directiva sobre la Fiscalidad del Tabaco (2011), con el objetivo de unificar el sistema tributario y las normas regulatorias para los cigarrillos electrónicos.

La tendencia actual es:

 

nación tasa impositiva del líquido para cigarrillos electrónicos Características
Alemania

€0.32/mL(2026)

Impuestos elevados. Incluidos los líquidos sin nicotina
España

€0.15–0.20/m(2025)

Los tipos impositivos serán moderados y aumentarán gradualmente
Bélgica

€0.15/mL

Incluye líquidos sin nicotina
Finlandia

€0.30/mL

Fue el primer país de Europa en implementar un impuesto sobre el volumen
Dinamarca

€0.20–0.34/mL

Se aplica un impuesto según los niveles de concentración de nicotina
Francia

€0.03–0.05/mL

Impuestos bajos, pero regulaciones estrictas

 

Si bien el tipo impositivo de Francia no es el más alto, su intensidad regulatoria general, combinada con las prohibiciones de venta online y los sistemas de licencias de venta, la ha convertido en la más estricta de Europa.

Los expertos del sector creen que la estrategia fiscal francesa se convertirá en un modelo para la regulación unificada de la UE.

A continuación, países como España, Bélgica e Italia podrían seguir el ejemplo con un modelo de doble vía de "política fiscal + prohibición de ventas".

 

6.Conclusión: La clave para la reducción de daños reside en el punto de partida fiscal

 

El presupuesto francés de 2026 revela una dura realidad:

a medida que una industria madura gracias a la innovación, se somete al orden fiscal y político.

 

Los cigarrillos electrónicos ya no se consideran un «sustituto de la salud pública», sino una forma de fumar sujeta a impuestos, control y regulación. Para la industria, esta «guerra fiscal» conllevará una reorganización estructural:

  • Las marcas independientes y los canales en línea desaparecerán gradualmente;
  • los gigantes del tabaco recuperarán su dominio aprovechando el cumplimiento normativo y los recursos;
  • la narrativa de la "reducción de daños" dará paso gradualmente al "equilibrio fiscal" y al "orden social".

 

Este punto de inflexión podría cambiar la industria de la nicotina en Europa y también redefinir el significado de "reducción de daños": cuando las políticas priorizan el orden sobre la libertad, la reducción de daños deja de ser el objetivo y se convierte simplemente en un proceso.